Deméter, diosa de la agricultura
La diosa Deméter es la divinidad protectora de las cosechas y la fertilidad de los campos, la responsable del nacimiento y la regeneración de las plantas. Junto a su hija Perséfone, Deméter fue una de las divinidades más antiguas e importantes de toda la Hélade, recibiendo culto en numerosas localidades, de las cuales la más destacada fue sin duda la de Eleusis, sede de los misterios eleusinos.
NACIMIENTO E INFANCIA
Deméter forma parte del grupo principal de los dioses olímpicos, los hijos de Rea y Cronos que, tras ser devorados por su padre, fueron liderados por Zeus y conducidos por éste en la guerra contra los titanes. Tras la victoria de los olímpicos, Deméter quedó consagrada a sus funciones de protectora de las cosechas y la fertilidad de los campos.
MITOLOGÍA
HADES Y PERSÉFONE
Deméter únicamente tuvo una hija, Perséfone, según la mayor parte de los autores antiguos, con su hermano Zeus. La joven Perséfone, hermosa y despreocupada, se encontraba paseando y recogiendo flores por los campos de Nisa, en Sicilia, cuando el dios Hades la observó desde su trono en el reino de los muertos. Al instante, el dios, quedó prendado de la belleza de la joven y decidió convertirla en su esposa. Hades montó en su carro y se espoleó a sus caballos para dirigirse hacia os campos de Sicilia a toda velocidad. La joven Perséfone sintió cómo la tierra temblaba bajo sus pies. Frente a ella, se abrió una enorme grieta por la que surgió Hades montado en su carro tirado por caballos infernales. Antes de que Perséfone pudiera reaccionar, el dios la cargó en el vehículo y regresó con ella a su palacio subterráneo.
Al pasar los días y comprobar que su hija no regresaba a su hogar, la diosa Deméter inició un largo peregrinaje por el mundo en su busca. Pese a que consulto a todos los dioses y hombres que se cruzo en su camino, ninguno pudo darle noticia alguna del paradero de la joven Perséfone. La diosa, enfurecida por la desaparición de su hija, retiró sus favores a la tierra y la condenó de este modo a un invierno eterno. Los campos dejaron de producir frutos y los humanos comenzaron a morir de hambre.
Sólo la intervención de Zeus, que descubrió la presencia de Perséfone en el inframundo, solucionó el conflicto. Por medio de su mensajero, el dios Hermes, Zeus pidió a Hades que permitiera que la joven regresara con su madre. El astuto dios de los muertos, temeroso de una posible represalia por parte de Zeus, accedió, pero ingenió una estratagema para lograr que Perséfone siguiera junto a él. A sabiendas de que cualquiera, dios o mortal, que tomase algún alimento en el infierno tendría que permanecer en él, Hades le ofreció a Perséfone antes de su partida un grano de granada. La joven, confiada, se comió el dulce fruto y trató de regresar con su madre. Sin embargo, las leyes del infierno eran muy claras para todos aquellos que hubiesen probado algún alimento en el reino de los muertos. Perséfone estaba atada al reino subterráneo para toda la eternidad. Para evitar la cólera de Deméter, Zeus logró que Hades y ella llegaran a un compromiso. Perséfone pasaría en el infierno junto a su esposo un tercio del año, y regresaría a la tierra el resto del tiempo. Hades y Deméter aceptaron la decisión de Zeus. De esta manera explicaban los antiguos griegos la sucesión de las estaciones. Mientras Perséfone está junto a Hades, Deméter, entristecida por la ausencia de su hija, niega sus frutos a la tierra, produciéndose el invierno. Sin embargo, cuando Perséfone regresa junto a su madre, ésta se llena de alegría y bendice a los mortales con la abundancia de la primavera.
ÁMBITO DE INFLUENCIA Y CULTO
Como hemos señalado, uno de los puntos del Mediterráneo donde el culto a Deméter se desarrolló durante más tiempo y donde contó con un mayor número de fieles fue la localidad ateniense de Eleusis. En este lugar se desarrollaron unos complejos misterios en honor de la diosa que atrajeron a devotos de todo el mundo conocido, deseosos de iniciarse en los rituales. El origen de los misterios de Eleusis está relacionado, según los mitógrafos, con el paso de Deméter por el Ática mientras buscaba a su hija Perséfone, raptada por Hades y retenida en los infiernos. Disfrazada bajo la forma de una anciana, Deméter llegó a la localidad de Eleusis, donde fue acogida por el rey Céleo. Agradecida por la bondad de éste, la diosa tomó bajo su protección a Triptólemo, uno de los hijos del rey, al que enseñó todos sus conocimientos sobre el cultivo de la tierra. Triptólemo fue, según este mito, el que difundió entre diversos pueblos el arte del cultivo de los cereales y otras plantas, extendiendo de este modo la civilización a nuevas tierras.
Los misterios de Eleusis eran una conmemoración del aprendizaje de la agricultura por parte de los griegos y su paso de un estado de pueblos nómadas recolectores y cazadores a la civilización plena. Dado el carácter secreto que tenían los misterios de Eleusis, no es mucho lo que sabemos con seguridad acerca de los mismos. Existieron dos misterios, los menores y los mayores, celebrados en distintos momentos del año. La primera parte de los misterios era pública y consistía en una procesión que partía de Atenas y terminaba en el templo de Deméter en Eleusis. Una vez allí, los iniciados eran sometidos a una jornada de ayuno, que era roto con la ingesta de una bebida especial, el ciceón, compuesta de cebada y poleo. Tras esta purificación, los iniciados penetraban en el recinto más importante del templo, el Telesterion, lugar donde se realizaban los ritos más importantes de los misterios, todos los cuales tenían un carácter secreto. Dado que los iniciados tenían prohibido revelar qué ocurría en el interior del Telesterion, los autores antiguos no ofrecen apenas datos acerca de esta parte del ritual, generándose un vacío en nuestro conocimiento que ha dado lugar a numerosas hipótesis modernas. Los misterios concluían con un banquete que se prolongaba toda la noche, en el que se incluían cantos, danzas y el sacrificio de un toro para la posterior ingesta de su carne cocinada.
Según algunos autores, los misterios de Eleusis pueden remontarse hasta época micénica, a mediados del segundo milenio. Durante las épocas clásica y arcaica, los misterios de Eleusis alcanzaron gran celebridad en todo el mundo griego, atrayendo iniciados incluso desde las lejanas colonias de Occidente. La conquista romana no supuso el final de la celebración de estos ritos, pues los nuevos dominadores de la Hélade a menudo participaron como iniciados en los misterios e incluso favorecieron la erección de nuevos monumentos y templos en el complejo sagrado de Eleusis. Fue la imposición del cristianismo lo que supuso el final de la historia de los misterios en honor de la diosa Deméter en Eleusis. Por un decreto del emperador Teodosio, todos los santuarios paganos fueron cerrados en el año 392 d.C. Sin embargo, es posible que los misterios perduraran al menos unos años más, hasta que el caudillo visigodo Alarico arrasó las tierras del Ática e impuso el cristianismo arriano como única creencia tolerada en esta región.
DEMÉTER EN EL MUNDO ACTUAL
La función de protectora de la agricultura y las cosechas que detenta Deméter, así como su nula vocación guerrera han hecho que esta diosa apenas reciba atención en las manifestaciones artísticas del mundo actual. Tan sólo encontramos la imagen tradicional de la diosa, por lo general una matrona portando espigas de trigo, en representaciones alegóricas de la agricultura, el trabajo en el campo y la fertilidad de las tierras de algunas naciones.
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